I
Puedo escribir sobre tu espalda tatuada.
Dejar que las palabras se posen como sábanas frías
sobre la piel perforada,
sobre la piel perforada,
y ver cómo se estremecen las luces,
del otro lado de las ventanas.
del otro lado de las ventanas.
II
Mientras la ciudad se aleja de calles desiertas
a bordo de su placida bahía a la deriva,
superpongo a tu cuerpo de puñaladas de lluvia
otro de palabras heridas
sobre la piedra.
sobre la piedra.
III
Escribo y escribo sobre el silencio
de tu espalda cansada.
Pero tú siempre eres la palabra
que callan los labios que no beso,
la persiana ciega en tus fachadas.
la persiana ciega en tus fachadas.
IV
El tiempo
ha dibujado en las paredes
la silueta de un hombre
que atropellara un recuerdo.
Hoy el plano de mi ciudad es
solo una llamada ahogada desde el puerto.
Una pintada borrada por el viento.
V
Una pintada borrada por el viento.
V
Sumergido en las calles
ignorado crepita un carguero en llamas.
Lienzo de piedra que estalla
como una revolución violenta, en esta palabra tierna
que el viento sur arranca a la arena.