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domingo, 3 de junio de 2012

El año de la liebre, Arto Paasilinna

El año de la liebre es una gran novela es una sus 180 páginas y dentro de su simplicidad y comicidad de fábula. Cuenta la historia de Vatanen, un periodista sensacionalista harto de su trabajo, a lo largo de todo un año en el que su vida cambia por completo, desde el momento que tras atropellar una liebre en la carretera la adopta y se decide a dejar atrás su existencia convencional, su mujer y su trabajo en la ciudad. Desde ese instante y sin ninguna prisa sigue su camino por Laponia, despertando simpatía en cada pueblo y corriendo increíbles y divertidas aventuras, que le hacen enfrentarse a lo más terrible de la naturaleza, de la burocracia de la sociedad actual y de la estupidez humana. Con un tono ligero e irónico, y desde la salvaje candidez del personaje, pone sobre la mesa temas muy serios, completando una atractiva invitación a volver a la naturaleza y a la simplicidad.
Arto Paasilinna es un autor finlandés, con un humor original y desconcertante, de mucho éxito en su país. El libro está escrito en 1974, pero como todos los buenos libros no tiene fecha de caducidad. Espero leer y escribir sobre otros títulos del mismo autor: "Delicioso suicidio en grupo" entre otros, que ya estoy deseando leer.
Desde luego el año de la liebre es un libro recomendable, y demuestra, como reza la última línea, que a pesar de nuestro estado domesticado actual, con Vatanen - con el hombre, me permito añadir- no se juega.



domingo, 19 de febrero de 2012

Capilla y Vallejo, arquitectos













El viernes (17-02-12) tuvimos la suerte de asistir en Santander a una charla-recorrido por la trayectoria de los Arquitectos Virgilio Vallejo (Pucho para los amigos) y Conrado Capilla. El propio lugar del encuentro fue muy representativo ya que el Espacio Ricardo Lorenzo, sede cutural del Colegio de Arquitectos de Cantabria es obra de estos arquitectos.

Capilla y Vallejo tienen su esudio y enseñan en Pamplona pero tienen una unión fuerte con Santander y númerosos proyectos y propuestas lo demuestran a través de los años (Escenario Santander, Centro cultural Río de la Pila, Centro de interpretación Picos de Europa, viviendas unifamiliares y colectivas, etc).

Fue un ameno y apabullante recorrido por el ingente trabajo de estos creadores inquietos, perseverantes e incansables. Como ellos mismos dijeron, la arquitetura es una carrera de fondo, y como en todo en la vida "el que resiste, gana". De su concepción del oficio de arquitecto me llamó la atención su definirse "no como artistas de la arquitectura, sino como artistas de la construcción", asumiendo así el valor de la tradición constructiva, del hecho construido como resultado de una técnica, unos materiales y de unos procedimientos y con un objetivo funcional y económico, inseparable de la expresión artística y personal de su desarrollo formal.

Pudimos disfrutar ejemplos maravillosos de arquitectura como su personales casa unifamiliares, desarrollos lógicos de un proyecto (como el centro en las Bardenas reales o las oficinas en una fábrica de congelados), aventuras arquitectónicas (como el pabellón español en la Exposición Internacional en Tailandia), diseño de objetos (desde una silla de oficina a un lavabo) viviendas sociales ordenadas creando ciudad, actuaciones en el paisaje (rehabilitación de un vertedero o reordenación del río Guadalmedina en Malaga) y numerosas propuestas novedosas pero que forman parte de un discurso único que evoluciona ordenándose desde lo privado hacia lo público, con total lógica y rigor, pero siempre dando lugar a edificios y espacios llenos de belleza.

sábado, 18 de febrero de 2012

1Q84 (Libro 3) Haruki Murakami


El libro 3 de la novela 1Q84 cierra esta trilogía de Murakami que funciona como un sólo libro, pero que evoluciona según van pasando las páginas. Al inicio del libro 1 parece que estamos leyendo un thriller de intriga, con mujeres maltratadas, asesinatos, libros reescritos por un negro y misteriosas sectas; el libro evoluciona volviendose cada vez más personal y fantástico con la apárición de Fukaeri, la "Crisalida del aire" y la Little people. Cuando llegamos al tercer libro hemos interiorizado todos los elementos fantáticos de este mundo 1Q84 y la novela se vuelve más intimista y gira en torno al deseado reencuentro entre Tengo y Aomame, siempre unidos a pesar de encontrarse aislados cada uno en su situación, mientras siguen buscándose de forma casi estática. Un cosa pequeñita en el vientre de Aomame cambia todo y condiciona el desarrollo de la historia, para Aomame, y para la secta Vanguardia. Ante esta tensa situación casi estática dos elementos acechan a Aomame, el detective Ushikawa y el cobrador de la NHK. Pero lejos de ser dos personajes odiosos, nos sentimos cercanos a estos dos elementos oscuros. El deforme Ushikawa con su perseverancia y aguda inteligencia va estrechando el cerco en torno a Aomame a través de Tengo, y nos va ayudando a entenderlos y a entenderle. El misterioso cobrador de la NHK es el ajuste de cuentas con el pasado de Tengo, el último mensaje de su padre enfermo, su reconciliación.
El final del libro es una puerta de esperanza y un nuevo inicio para la historia, que una vez más lo acerca más a "Alicia en el país de las maravillas" que al 1984 de Orwell.
En cualquier caso una fantástica lectura y un inquietante mundo con reflexiones fundamentales sobre la vida, la paternidad, el destino, el amor y el equilibrio del bien y del mal en el mundo.

domingo, 15 de enero de 2012

Antonio López en Bilbao











La exposición que hasta final de Enero ha recalado en el Museo de Bellas Artes de Bilbao es una oportunidad inmejorable para acercarse a la obra de Antonio López García, el que para muchos es el pintor español vivo más importante.

Para mí ha sido un buen intento de intentar aprender y comprender las motivaciones detrás de sus obras. Esto es importante ya que otros artistas pueden pintar llevados por un impulso instantáneo, por un destello, un descubrimiento o un simple capricho del momento, pero cuando pintas un cuadro a lo largo de años, a veces decadas, de forma paciente, meditada, incluso obsesiva, las motivaciones tienen que ser otras.

No creo tampoco que Antonio López sea un hiperrealista, y que su único objetivo sea la representación totalmente fiel de la realidad, la copia. Creo que hay algo más trascendente en su obra y en su búsqueda, desde muy humilde punto de vista de profano, y admirador.

Antonio López pinta desde la observación de la realidad, en exteriores o interiores, pero no pinta de una fotografía, de una proyección (lo que nos puede parecer acostumbrados a la inmediatez como valor del mundo actual una obstinación estúpida). Pero parece ser que en esta observación directa, en presente, está la busqueda de una revelación, de una epifanía. Y los cuadros son una forma de desvelar esta revelación, de perseguir estos momentos de belleza que trascienden la realidad. El detonante puede ser cualquier cosa, la luz dentro de una nevera, el reflejo en un baño sucio, o el escenario de la ciudad a una hora determinada. Siempre en un intento de mejora, un impulso de perfección.

También la impresión es que Antonio López es un pintor clásico en la medida que es todavía un amante de la pintura y del arte, de su historia, del oficio, del acto artesano de pintar, esculpir, del trabajo de artista de una forma sublimada pero constante, sencilla, honrada.

Aprendo que nace en Tomelloso en 1936, es el hermano mayor, y debe su vocación de pintor a su tío también pintor con el mismo nombre. Sus primeras obras pintan a la familia y la familia es una constante luego en su obra. Impresionan sus dibujos a lápiz que captan cada detalle de su estudio, un tanto sordido y cochambroso. La perfección de las texturas del cristal, la cerámica, las baldosas... sólo con el lápiz. Resultan graciosas las anecdotas que rodean al tiempo pausado en que desarrolla sus cuadros, como a través de los años los alimentos de una cena familiar acumulan polvo sobre una mesa mientras los pinta de forma intermitente hasta que los huevos podridos casi son sólo aire. O las visitas de la modelo para pintar el desnudo en la bañera, durante días enteros dentro del agua (a lo mejor exagero). También impresiona como pinta usando la retícula, no sólo a la forma tradicional sino hasta el extremo de pintar pequeñas cruces blancas llevando a la realidad la retícula sobre un grupo de membrillos. Me gustan mucho los pimeros cuadros, terrosos, con una textura de pintura matérica, y detalles mágicos, platos que levitan en el espacio. También "La cama" me parece impresionante como combinación de bajorrelieve y pintura, de tratamiento clásico y a la vez intemporal.

Y por supuesto los paisajes de Madrid y de la Gran Vía, la ciudad, la luz y el cielo como protagonistas. Fruto de trabajo paciente a lo largo de años, en la misma estación, el mismo día, la misma hora, la misma luz. Este trabajo a lo largo de mucho tiempo, pero capturando un instante preciso, como atestigua la sombra detenida, la hora en el reloj digital (las 21:40 en el Paisaje desde Torres blancas), las obras en un momento concreto de ejecución. Como el total de los cuadros cuenta una historia, una jornada completa, el 1 de Agosto, en la ciudad. El día en que la luz cambia y la ciudad cambia, en cada instante.

Este último año hemos visto a Antonio López pintando en la Puerta del Sol, en mitad de la plaza un exterior, necesariamente del natural, expuesto a las miradas, con su atuendo humilde, y muestra la verdad de un artista tan ajena al valor del arte desde un punto de vista económico, al dinero, a las cotizaciones, a la fama, a lo efímero, que es una verdadera lección de arte, y de vida en la que hay muchísimo que aprender.