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sábado, 8 de octubre de 2011

Sylvie, de Gérard de Nerval

Empiezo con este comentario una serie sobre libros, y recomendaciones para leer (o para dejar de leer).
Sin más pretensiones que dar algunas pistas, sin hacer un análisis profundo de cada obra.
El primer libro es Sylvie, de Gérard de Nerval.
Para empezar con un libro que cumple 160 años (se es escribió en 1851), y que se mantiene en plena forma. Es decir, que nunca ha perdido actualidad.

Gérard de Nerval, es un autor romántico francés, y un poeta suicida de existencia atormentada que acabó sus días ahorcado en una farola de la rue Lanterne en Paris. Sus últimos años de vida fueron los más atormentados y también los más fecundos, y en ellos escribió Sylvie que se encuadra en las narraciones Les filles du feu.
Sylvie es una novela corta, de solo 73 páginas. Pero sin duda valiosa. He de reconocer que tengo predilección por lo libros cortos, y que poco a poco iran espero vayan apareciendo muchos en el blog, pero eso es otra historia.
Sylvie se desarrolla en el recuerdo, en una melancólica persecución de un objeto de amor, de una imagen, que parece tomar forma en tres mujeres en distintos momentos de la vida. Adrienne, Sylvie, Aurelie. Esta busqueda del ideal femenino, con objetos solapados que seducen al autor y le disuaden, y le transportan por los años sin ser capaz de materializarse en una amor, recuerda mucho al espíritu actual en el que la total exigencia y la busqueda de una perfección a veces superficial, nos lleva corriendo de un sitio a otro tras objetos de deseo cambiantes y sin más sentido a veces que una huida hacia adelante, y una busqueda desesperada de encontrar el sentido en el objeto deseado. Las ilusiones caen una tras otra sin dejar más que el recuerdo de un amor de juventud idealizado y no realizado, romantico, reflejado en la naturaleza, y en la persecución de un tiempo perdido, que a pesar de todo, nunca ha de volver.
Espero no asustar a nadie con estas reflexiones. Es un libro fácil de leer, y que con seguridad merece una segunda lectura, para cualquiera que no le disuada el espíritu romántico, tradicional y campestre francés (El subtitulo del libro es Recuerdos del Valois). Además es un libro que deja poso. Y yo no soy nadie para decirlo, pero sí Umberto Eco y Marcel Proust cuya lectura les causó una profunda impresión.

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