El primero es Anish Kapoor, escultor y artísta polifacético de origen indio (Bombay, 1954) afincado en Londres y con gran repercusión internacional desde los 80.
Ya desde una primera visita a Chicago al descubrir "Cloudgate", o "the bean" (la judia) como se le conoce popularmente, quede muy impresionado por este artista. La exposición en el Guggenheim Bilbao en 2010 terminó de descubrirlo para mí como un nuevo exponente del arte contemporáneo, que además le redime de muchos otros que a veces nos han alejado (al menos a mi y a otros amantes del arte) del arte más actual.
Cloudgate, en Chicago
En los inicios integra en esculturas de menor formato el color y las tradiciones heredadas de la cultura oriental, y después indaga en el concepto de vacío y su materialidad. Con el uso de la cera crea formas que se autogeneran en tiempo real frente al espectador. Ahora anda en busqueda del no-objeto y ha encontrado en el trabajo con espejos un campo de experimentación increible. Ha trabajado en formatos cada vez mayores en entornos urbanos, interviniendo en proyectos arquitectónicos, en los límites de los artístico y lo arquitectónico. Lo que hace mucho más interesante y enriquecedor el diálogo.
Algunos de los proyectos más urbanos son la serie de dos paradas de metro en Napoles, en colaboración con los arquitectos future systems. Proyectos en acero corten con entradas de formas curvas a un espacio subterráneo misterioso. De la colaboración e impulso del ingeniero Cecil Balmond surge la instalación Marsya para el salón de la turbina de la Tate Modern. Una estructura textil que se abre en tres conos de forma plástica. Otras obras surgen de la investigación con este tipo de formas y materiales textiles, también en entornos privilegiados como Leviatan en el Grand Palais de Paris. Son a menudo instalaciones temporales, lo que les confiere también un caracter efímero, vivo, resonante.
El trabajo con espejos cóncavos o convexos, con formas con complejidad creciente en diálogo con su entorno ha dado lugar a obras increibles, como el CloudGate en el Millennium Park de Chicago, el Sky Mirror instalado en el Rockefeller Center de Nueva York o en los Kensington gardens de Londres, la obra Turning the world upside down en el Israel Museum, o el Tall tree and the Eye en el Guggenheim de Bilbao.
Es un artista fundamental que espero poder seguir conociendo, y que espero nos siga sorprendiendo, sin caer en la repetición víctima de su propia celebricidad, como les ha ocurrido a algunos de los arquitectos más célebres que han pasado a formar parte del star system. Tengo mi propia opinión sobre un actuación en Santander idónea para Anish Kapoor, para quien quiera escuchar...
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